Estos préstamos están basados en los exitosos micro-créditos que ayudaron a levantar cientos de pequeños negocios familiares en países como Bangladesh hace ya más de cuatro décadas, y que consistían en préstamos inmediatos de cantidades reducidas y a devolver en plazos cortos de tiempo. Hoy los llamados créditos rápidos proliferan en parte gracias a Internet, convirtiéndose en una respuesta real a las necesidades de liquidez, sin tener que realizar gestiones ni presentar avales, y solo cumpliendo unos requisitos mínimos, como ser mayor de edad, y aportando documentaciones básicas como el DNI o el número de una cuenta bancaria para el ingreso del dinero.
Una factura inesperada, una avería en el coche, arreglos en casa, adquisición de material escolar..., el crédito rápido es la solución más sencilla a todos esos imprevistos. Unos simples clics de ratón o una llamada a través del móvil son suficientes para solicitar una cantidad de hasta 600 euros a devolver en el plazo que mejor se ajuste a las necesidades del cliente, generalmente desde una semana hasta un mes, y con posibilidad de prorroga, según empresa.
Pero tal vez lo que hace que las compañías que conceden este tipo de crédito rápido sean cada vez más valoradas es precisamente esa rapidez, tanto de respuesta a la solicitud, como en el plazo de ingreso del dinero una vez ésta es aceptada. En webs como la del comparador especializado topminicreditosrapidos, pueden compararse los productos ofrecidos por las principales empresas que ofertan esta modalidad de crédito rápido, comprobando como algunas de ellas, después de cubrir un sencillo formulario online, responden en cuestión de segundos y, una vez aceptada la solicitud, ingresan el dinero en la cuenta del cliente en menos de 15 minutos. Sin duda, todo un récord y una ventaja más que añadir a la utilidad de estos pequeños créditos al consumo.
